Por favor,
¡no las llamen mermeladas!
Massimiliano, Mammo para los amigos, tenía diez años y ya soñaba con tener una planta de frambuesas en su jardín. Hoy, Mammo continúa su camino de investigación, innovación, sostenibilidad y respeto, creando productos artesanales que capturan el aroma de la frambuesa y dan un nuevo valor a las hojas y los tallos, considerados las partes olvidadas de la planta.